lunes, 30 de abril de 2012

Capítulo 4.



Me deshice la coleta y mientras caminaba iba peinándome y sacándome nudos con los dedos.

Tenía ganas de llegar a casa, sacarme los zapatos, prepararme un vaso de leche con Colacao y subir a mi habitación para pasar una noche con mi portátil y su gran memoria para guardar películas.
Podría ver una de amor...aunque la verdad, no me apetece nada. Una comedia quizás, si, seguramente.
Pfff hace frío, será mejor que acelere el paso.

- ¡Kelly, Kelly! – me di la vuelta y me encontré con un chico corriendo hacia mi. Espera...no era un chico, era el tío este.
- Que quieres. – se puso a mi altura, jadeando.
- Pensé que no llegaría a alcanzarte jamás. Qué rápido saliste.
- No tenía porque salir lento. Es más, tú deberías haber sido el que no saliera. – empecé a caminar de nuevo, pero como no, el siguió a mi lado. - ¿No estabas con tu amigo? Pues vete con él.
- Es que no acababa de comer.
- Ah bien, que lo dejaste plantado, que buen amigo eres ¿eh?
- Tranquila, Niall está bien. Paul se encarga.
- ¿Paul? – ¿para qué le pregunto nada? No parará de hablar.
- Nuestro guardaespaldas. – le miré con un gesto gracioso en la cara.
- ¿Tienes guardaespaldas? Oh, claro es que a lo mejor el niño se pierde y es aplastado por una mandada de rinocerontes, o te secuestra una mafia. Quien sabe. – se rió.
- No es por eso. Sobreviviría a una estampida de rinocerontes, y escaparía de la mafia.
- Por supuesto que si.
- Tengo superpoderes. Es más, esta noche seré tu héroe. – ahora me reí yo.
- ¿En serio? No necesito a ningún superhombre, gracias. Pero cuando lo necesite, serás el primero al que llame, tenlo por seguro.
- Me vas a necesitar ahora. – le presté atención.
- ¿A si?
- Ajá. – me cogió del brazo repentinamente y me acercó a él.
- ¡¿Qué se supone que haces?! – me sacudí y me zafé de su agarre.
- ¡Has estado a punto de pisar un caca de perro! – señaló al suelo y se empezó a reír a carcajadas. Yo me limité a suspirar y volver a emprender el paso. – Eh, eh. Essssspera. Lo siento, lo siento. Pero te dije que sería tu héroe. – no le respondí. - ¿Te has enfadado? Si en el fondo te he hecho un favor...- silencio. – Oh venga, no te enfades. – Nada - ¿Qué tengo que hacer para que me vuelvas a hablar?
- Primero, dejar de seguirme. Segundo, dejar de hablarme. Tercero, vete. – se calló, durante unos dos minutos estuvo en completo silencio. A lo mejor me pasé un poco, pero es que no podía aguantarlo más.
- Te concederé todo eso a cambio de otra cosa.
- ¿Qué cosa?
- Una cita.
- ¡¿Qué?! No. Nunca. Jamás. Ni de broma. - ¿pero de qué iba? Si no me conoce de nada.
 - Venga, y te prometo que me voy y te dejo en paz, pero quiero volver a verte. No le llames cita si no quieres, pero quiero estar contigo en algo formal, por así llamarlo, sin que estés a la defensiva.
- Y mi pregunta es, ¿por qué?
- Porque quiero conocerte.
- Eso es ridículo, eres un desconocido, y yo una desconocida.
- Por ese mismo motivo, dejemos de serlo. Venga.
- No.
- Por favor.
- No.
- Porrrrfa.
- No.
- Pooooorrrrfissss.
- No.
- ¿Qué haces mañana? – que ganas de marearme.
- Ir al cine con una amiga. Tengo planes, así que...lo siento.
- Podríamos quedar otro día...
- No, no, no, no, no. ¿Qué no entiendes?
- A ti. Y quiero hacerlo.
- Agggg. – levanté la vista, estaba enfrente de la puerta de casa. – Ale, esta es mi casa, así que si no te quieres ir, no te vayas, pero yo si.
- Bueno vale, vale, me voy...Pero, ¿no se te olvida algo?
- ¿Lo qué?-  pregunté con curiosidad.
- Ahora sé donde vives, y tú nombre. Kelly. – pronunció mi nombre con un tono de voz, que no sé como, pero se me erizó la piel haciendo subir el color a mis mejillas. – Y ahora me voy ya, pero prometo encontrarte pronto, princesa. – me lanzó un beso, se dio media vuelta y se fue.



H

Salí de la ducha, me puse unos vaqueros, una camiseta blanca y una americana. Me sequé el pelo y lo revolví un poco. Me miré al espejo durante unos instantes y sonreí.

- Listo. – me dije.

Ahora que la parte uno del plan estaba completa, faltaba la dos, y la más importante: convencer a Louis y a Eleanor para que me lleven con ellos.

- ¡Hola, novio que me pone los cuernos, teniendo a tal semental viviendo con él! ¡Hola, amante de mi novio ciego! – coreé mientras entraba en el salón y me sentaba entre Lou y Ele. Les rodé con mis brazos esbozando una gran sonrisa y pegándolos a mí.
- ¡Harry! ¡Suelta! – se deshizo de mi. - ¿Qué es lo que quieres?
- ¿Yo? ¿Por qué iba a querer algo? ¿Es que no puedo interrumpir vuestros pegajosos mimos un ratito para poder amaros?
- No. – contestó mirándome fijo.
- Antes me querías más. – solté a Eleanor y subí las manos hacia mi cara y empecé a similar un llanto.
- Ay, Hazza, que sabes que yo te amo como a nadie. – me abrazó y me dio un beso en la mejilla. Me ama, es inevitable.
- Ejem, ejem. – me soltó y miramos a Eleanor. – Lo siento, pero hoy es mío. – se levantó y se sentó en sus piernas. Louis dejó un beso sus labios. Tuve el impulso de tirarles un cojín a la cabeza, pero me contuve. Tenía que ser bueno.
- Louu... Tú, ¿me quieres?
- Te amo, ricitos.
- ¿Y tú, Ele?
- Muchísimo. – vale, ya eran míos.
- Bien, entonces, ¿me haríais un favor?
- Claro. – contestaron a la vez.
- Quiero ir con vosotros al cine.
- ¡¿Qué?! No. Hoy no, te dije que le debía una tarde. Y no se la pienso quitar.
- Peeero Lou. Aggg. No me dejáis explicarme. Necesito ir con vosotros al cine. Es de vida o muerte.
- ¿Se puede saber por qué? – me preguntó ella.
- Pues...es largo de explicar...y es que...
- ¿Estás rojo Hazza? – Louis me miró divertido.
- ¡No! Solo es que...Tenéis que dejarme ir con vosotros, por favor. Solo llevarme, no voy ni a entrar en la misma sala de cine. Prometo que en el coche podéis ser lo pegajosos que queráis y no me quejaré ni una vez. Pero necesito ir. – Louis y Eleanor se miraron entre ellos durante unos instantes y luego dirigieron su mirada hacia mi, Ele tenía la palabra.
- Está bien.
- ¡Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias! – me abalancé sobre ellos.
- ¡Pero! – comenzó Louis. – Nada de ver ninguna película para mayores de dieciocho, y menos una de miedo, que luego no duermes y vienes a mi cama por la noche.
- Vale, lo prometo.
- Pues entonces, vámonos que ni sabemos que película vamos a ver. Veeeeenga. – Eleanor nos cogió un brazo a cada uno y tiró de nosotros para que saliéramos del sofá.

Salimos de casa para entrar en el coche de Lou. Tuve que aguantar veinte largos minutos de caricias en las manos, te quieros, y besos cortos durante todo el trayecto. Pero ya estábamos. Por fin.
Abrí la puerta y salí corriendo en busca de aire.

- Harry, no seas tan exagerado.
- ¿Exagerado? Vosotros no sabéis lo mal que lo he pasado, era como respirar dentro de una nube rosa con forma de corazón.
- Sssssssh, dijiste que no te quejarías. ¿A qué te dejo en el coche?
- Vale, Lou, vale. Me callo. Ya ¿ves? Cierro la cremallera. – corrí mi mano por mi boca como si de verdad tuviera una cremallera e hice que la tiraba.

Subimos hasta la última planta del centro comercial donde se encontraba la sala de cine. Unas cuantas fans se acercaron a nosotros, nos pidieron un par de autógrafos y fotos. Vinimos a buena hora, esto no estaba tan lleno. Pero yo no paraba de buscarla, miraba hacia todos los lados, pero no la encontraba. Aunque pensándolo mejor...sería demasiada suerte que viniera a la misma hora que yo.

Suspiré y me di cuenta de que los dos tórtolos estos ya se habían ido. Me acerqué a la taquilla y miré la cartelera por encima, no me atraía ninguno de los títulos, pero acabé con un bol de palomitas y una Coca-Cola viendo una peli de amor. 



2 comentarios:

  1. Te he dicho alguna vez que me encantan tus historias!?? <33 Que pena que no sigas con las otras dos, pero ahora que me he enganchado a esta siguelaaaa ehh!! xDD

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  2. Me encanta (: Siguela plissss ♥

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