lunes, 16 de abril de 2012

Capítulo 3.


‘She's the girl that no one ever knows. And I say hi, but she's to shy to say hello.’

Abrí los ojos y vi mi móvil vibrar mientras emitía luz y el tono de llamada llenaba completamente la habitación y mis oídos. Lo cogí y descolgué.

- ¿Si? – dije con una voz asquerosa, ya que estaba totalmente dormida.
- ¿Kelly? ¿Te he despertado? Lo siento.
- Da igual, ya iba siendo hora de que me despertara. ¿Qué pasa?
- Necesito pedirte un favor. – me froté los ojos con la otra mano.
- Claro, dime.
- ¿Podrías cubrir mi turno en Nando’s esta tarde? Mis padres se empeñaron en que fuera a ver a James jugar, me voy ahora, y no llegaré hasta la noche. No quiero perder el trabajo, acabo de empezar. Así que... ¿me harías ese gran favor para que te pueda amar más de lo que ya? Mañana te invito al cine, venga. Y escoges tú la peli. ¿Si?
- Bueenoo...vale.
- ¡Gracias, gracias, gracias, gracias! – coreaba.
- Una cosa, pero, ¿me planto ahí y ya está?
- Habla con Taylor, una chica con el pelo marrón hasta un poco más debajo de los hombros.
- Sarah, puede haber mil chicas así.
- Que nooo. Además, ya le avisé de que ibas a hacer mi turno, ya estará pendiente de ti, así que tú haz lo que ella te mande y ya. ¿Vale?
- Vale...
- Bueno, me voy. Pórtate bien eh. Te quiero. – y me colgó.
- ¡Aaaaaaah! – me revolví en la cama comiéndome la almohada.

Cerré los  ojos un momento y los volví a abrir porque noté unas pequeñas manos zarandeándome.

- ¿Qué haces? – bostecé.
- Mamá me mandó a despertarte, ya es la hora de comer.
- ¡¿Ya?!  Pero si estaba despierta y cerré los ojos y...- ¿había dormido tanto tiempo?
- Venga, levántate, no quiero esperarte más, tengo hambre.
- Voy, bajo en pijama.

Me levanté de cama y bajé con Emily las escaleras. En la cocina mi madre estaba terminando de poner la mesa.

- ¡Vaya! Buenos días bella durmiente. – me hablaba mientras colocaba los vasos.
- Lo sé...lo siento, me quedé dormida. Ya pongo yo los platos. - nos sentamos a comer.
- ¡Espaguetis! – exclamó mi hermana cuando mi madre le echó su comida en el plato, luego hizo lo mismo conmigo y finalmente ella.
- ¿Qué vas a hacer esta tarde? Si no tienes ningún plan podrías llevar a Emily al parque, pronto empezarán  las clases de nuevo y hace mucho que no la llevas.
- Lo sé, pero Sarah me llamó a la mañana para que le cubriera el turno, así que otro día será, peque. – le dediqué una sonrisa, pero ella seguía sumergida en sus espaguetis mientras miraba dibujos en la tele.
- ¿Sarah está trabajando?
- Si, en Nando’s empezó ayer.
- Podrías buscarte tú también un trabajo, no estaría nada mal.
- Podría...
- Eso es un deberías. – suspiré. Ahora mismo no me apetecía nada buscar trabajo, en poco tiempo volvería al instituto. Aunque era mi último año, debería empezar a reunir algo de dinero...

Pronto acabamos de comer y subí a prepararme. El turno empezaba a las cinco, así que salí a las cuatro y media de casa, por una vez en mi vida, sería puntual, no me apetece causarle problemas a Sarah.
Al llegar tomé aire un par de veces, estaba nerviosa, era la primera vez que trabajaría...bueno si cuenta aquella vez que limpié el garaje para conseguir dinero para mi primer concierto, pues sería la segunda.

Entré en el local y miré hacia los lados, aquel sitio era muy agradable, solo viniera una vez a cenar aquí cuando mi padre aun vivía con nosotras. Ese día fue uno de los mejores, aunque después de eso no vino nada mejor.

- ¡Hola! – una chica se había plantado delante mía. Tenía los ojos castaños y verdes, era prácticamente tan blanquita como yo, su pelo era marrón y daba por algo más bajo después de los hombros...- Tú debes de ser Kelly, ¿me equivoco?
- No. Quiero decir, no te equivocas. – me sonrió, es muy guapa.
- Yo soy Taylor. – se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla. Ella era Taylor, la que me dijo Sarah. – Sarah me dijo que vendrías a cubrirle el turno.
- Así es.
- Pues entonces, pongámonos manos a la obra, te voy a enseñar a manejar un poco esto. Pero antes de nada...- empezó a caminar hacia la barra, la seguí, se agachó y sacó una camiseta granate con el logo de Nando’s. – Creo que esta te sentará bien. Ven, vamos al baño y te la pruebas. - Entré en el baño, me puse la camiseta encima de la mía y volví a salir.
- Estoy ridícula. – me miré reflejada en el cristal.
- Que no, te está muy bien. – le dediqué una sonrisa de abatimiento y suspiré.
- Bueno, ven, te empiezo a explicar.

Y así hizo, me explicó un poco todo, me dijo como tenía que preguntar a los clientes lo que querían, a donde llevar los platos sucios, como coger bien todo para que no se me cayera nada, vamos, lo básico.

- Y...supongo que eso es todo. – recogió su bolso y lo colgó al hombro. – Yo me voy ya. – espera, ¡¿Se iba?! ¡¿Pensaba dejarme sola?!
- ¿Te vas?
- Si, mi turno ya acabó, ahora te toca a ti.
- No voy a poder hacer esto sola...
- Por supuesto que si, es fácil, dedícate a sonreír, ser amable y evitar la torpeza, y todo lo demás ya está echo. Lo harás bien, te lo prometo. Ánimo. – posó su mano sobre mi hombro, me dedicó una sonrisa y se fue, se esfumó por la puerta, dejándome allí, en una pesadilla.

Vale, Kelly, tranquilízate, esto va a ser fácil, muy fácil ¿está bien? No. La puerta se abrió y entraron clientes nuevos, una familia. Se sentaron ¿debía ir a decirles que quieren? Giré la cabeza hacia la barra, una de las camareras me miró y me indicó que fuera, así que lo hice. Me hice una coleta con la goma que tenía en la muñeca y  fui allí, les pregunté que querían tomar, lo apunté en mi libretita, arranqué la hoja, se la dejé al cocinero y cuando acabó de hacer el pedido les serví su comida, lo hice.
Y así fue todo durante la tarde, solo me queda media hora para acabar el turno, eran las ocho y media. No fue tan mal.

Me acerqué a la barra e iba a hablar con la chica que atendía ahí, pero Mary, otra camarera se acercó a mí.

- Kelly, ¿Puedes ir a atender la mesa del fondo? Luego puedes irte.
- Está bien.

Cogí mi libretita y me dirigí a la mesa antes dicha. Iba contenta ¿para que mentir? Le había cogido el gustillo a esto. Levanto la vista y a lo a lo lejos miro quien está en la mesa.

- No me lo puedo creer. – susurré.

Era él, era el pesado este. Me persigue ¿verdad? Esto no puede ser. No, que no, que me niego. Estuve a punto de darme la vuelta, pero a ver, es que no. Aggggg. Quiero gritar.
Va, Kelly acércate a la mesa, anda. Fuuuuu.
Me acerco muy lenta, y cuando llego bajo la mirada hasta la libreta.

- ¿Qué van a querer? – digo entre dientes.
- ¿Eres tú? – Me cago en...
- ¿La conoces? – miré al chico que le acompañaba. Era un chico guapísimo, rubio, blanquito y de ojos azules.
- Si, ella es la chica de la que te hablé. – ¡¿Qué?! ¿Le habló de mí? ¿Por qué? Aunque bueno, yo hablé con Sarah de él, así que...me parece jusNo no me lo parece.
- ¡Oh! Hola, me llamo Niall. – me dedicó una sonrisa, no pude resistirme a correspondérsela.
- ¿Trabajas aquí? – volví a mirar a ricitos de chocolate.
- No te importa. ¿Vais a pedir algo o me puedo ir y así acabar mi turno?
- Si, si. Yo quiero pollo asado con patatas. Y una cerveza. – la sonrisa del rubito era enorme, pedía la comida como un niño pidiendo un caramelo.
- Yo quiero macarrones con queso.
- ¿Para beber?
- Una Coca-Cola. – terminé de apuntar.
- Vale, os traigo todo en un rato.

Salí de la zona, pero sentí su voz rápidamente hablando con su amigo. ¿Por qué me tendría que pasar esto a mí?  Es como si lo encontrara a cada paso, y no me gusta.
Es que, a ver, me persigue o algo. Tranquila, Kelly, ahora, le entregarás su dichosa comida, y saldrás de aquí para no volver a verlo, nunca, nunca jamás.

- ¡Kelly, la comida de tu mesa ya está lista!
- Voooy.

Recogí la comida y caminé hasta su mesa. Venga, solo cinco minutos más, solo cinco.

- Aquí tenéis. – dejé los platos.
- Gracias. – dijo el rubio, pero pronto se centró en su plato.
- Gracias. – ricitos, no quiero que me agradezcas nada. - ¿Acabas ya tu turno?
- Si, pero no te importa. Adiós.

Fui hacia la barra rápidamente, me saqué la camiseta, me despedí de todos y salí de allí.
Aire libre, como lo necesitaba. Solo pensaba en que ya estaba lejos de él, ya no escuchaba su voz, ya no respiraba su mismo aire. Eso estaba bien, estaba muy bien. 






La canción de arriba es Say you like me de We The Kings.