domingo, 14 de octubre de 2012

Capítulo 17.


Apagué el despertador de mala gana y me pegué una ducha, salí envuelta en una toalla y me acerqué a la ventana, llovía, genial. Suspiré mientras abría mi armario para escoger que ponerme. (http://www.polyvore.com/rain/set?id=58924848#stream_box) Me vestí y sequé el pelo antes de bajar a la cocina, donde, al ver a mi madre preparando el desayuno me acordé de todo lo de ayer.

- Buenos días. – dijo algo seca mientras yo me sentaba en la mesa junto a Emily, que ya estaba comiendo un bol de cereales.
- Buenos días…- mi tono de voz era muy bajo gracias a todo lo culpable que me sentía. Mi madre me puso una taza de leche caliente en la mesa. – Mamá, yo…siento lo de ayer…No quería ocultarte nada, de verdad.
- Te pregunté si tenías novio y lo negaste.
- Eso es porque cuando me lo preguntaste, no lo era.
- Ayer saliste de casa sin dar explicaciones, y cuando llegaste ni saludaste. – revolvía mis cereales mientras ella se tomaba una taza de café mirándome indiferente.
- Tenía que salir urgentemente, necesitaba hablar con Harry…porque…tuve que…- tomé aire. -…tuve que explicarle lo que decía de mi aquel artículo. Y cuando llegué me encontraba muy mareada y solo quería tumbarme y dormir, lo siento mamá.

No dijo nada, el desayuno transcurrió silencioso, excluyendo los dibujos animados que mi hermana miraba. Me sentí fatal. No debería haberme comportado así.

Acabé de desayunar y subí a lavarme los dientes y meter las últimas cosas en la mochila. Volví abajo y cogí mi paraguas, cuando mi madre se acercó a la puerta con Emily.

- ¿Te llevo? – me preguntó. Sonreí levemente y asentí.

Emily bajó del coche antes que yo, ya que su colegio está algo antes que mi instituto.
Quedamos mi madre y yo solas.

- Dime, ¿te gusta mucho? – no me esperaba para nada esa pregunta, pero inmediatamente sentí mis mejillas enrojecer.
- Bastante…
- Ya veo. – mi madre sonrió. Y volvió el silencio, así que decidí romperlo.
- Mamá, no estoy castigada, ¿verdad? – agudicé mi voz  en la última palabra intentando ser convincente.
- Bueno…si invitas a tu novio hoy a comer, me lo replanteo. – abrí los ojos como platos.
- ¡¿Qué?! ¿Por qué?
- Quiero conocer al novio de mi hija, ¿hay algo malo en eso? – Si, pensé.
- Pero…
- Ni peros ni nada, esa es la condición. Llegamos. – vi por la ventana y estaba a la puerta del instituto. – Hasta la hora de comer.
- Adiós…

Salí del coche y subí las escaleras donde esperaba Sarah resguardada de la lluvia.

- Hola, preciosa. – besó mi mejilla.
- Hola, guapa. – le sonreí. En esto sonó el timbre que indicaba el comienzo de las clases. – Venga, vamos.
- No tenemos ni tiempo para hablar. – suspiró mientras caminábamos. Llegamos a mi clase.
- En el patio hablamos, adiós.

Entré en el aula y tomé asiento en mi sitio de siempre. La profesora de Historia dio comienzo a la primera clase la mañana, después de Historia, vino Inglés, Filosofía y Español, solo tenía ganas de salir de clase y reunirme con Sarah para ponernos al tanto de todo.

Mi móvil vibró contra mi bolsillo y lo saqué disimuladamente, no sin antes mirar hacia los lados para poder leer el mensaje sin problema alguno.

“¿Estás bien? Me tienes preocupado, dijiste que me avisarías nada más levantarte.”

Mierda. Lo había olvidado por completo.

“Lo siento, lo siento. Se me pasó, a la mañana solo pensaba en prepararme e ir a clases. Perdón.”
“No pasa nada, ¿estás mejor?”
“Si, ya no estoy mareada ni nada.”
“Menos mal.”

Vino a mi mente la condición que me había puesto mi madre para olvidarme del castigo. Ufff, de verdad no quería hacer esto. Pero ¿qué otra opción me quedaba? ¿Estar a saber cuánto tiempo sin ver a Harry por culpa de un castigo? No.

“Harry… ¿tienes planes para comer hoy?”
“Mmmm…No, ¿por qué?”
“Mi madre quiere que vengas a comer…”
“Vale, voy.”

Me sorprendió que aceptara así como así.

“¿Estás seguro?”
“Segurísisimo.”
“En ese caso…te espero en la puerta sobre las dos y cuarto. ¡No entres hasta que llegue yo eh!”
“Vale, vale. Nos vemos.”

Suspiré y guardé el móvil. Justo en ese momento sonó la campana, recogí mis cosas y salí al pasillo, Sarah salió de su clase y vino hacia mí, bajamos al patio y nos sentamos en una de las mesas.

- ¿Sabes? Tienes que contarme muchas cosas sobre tú y Niall. – ella me sonrió y hizo salir una risita
- ¿Qué quieres qué te cuente?
- Oh, no sé, a lo mejor… ¿cómo es que así de repente, de un día para otro tenéis tanta confianza para besaros? – expresé mi tono irónico de la mejor manera que sabía.
- Es mi novio, supongo que puedo besarlo cuando quiera ¿no? Ay, mi querida Kelly, yo no llamé al amor, él vino a mí. – reí ante lo cursi que había sonado eso. – Y para que negarlo, Niall es adorable, ay. – A Sarah se le iluminaron los ojos. – Bueno, ¿y tú qué?
- ¿Yo qué de qué?
- Qué que tal con el señor ricitos. – le pegué en el hombro y ella se río. – De verdad quiero saberlo eh.
- Tonta, va todo bien, supongo, acabamos de empezar, ¿no sé supone que al principio todo va genial?
- ¿Quieres decir que pasado un tiempo no va a ser así?
- Agg, no lo sé. No sé qué pasará en el futuro.
- No debería importarte, disfruta. Harry está loquito por ti, Niall se me queja de que se pasa el día hablando de lo preciosa y especial que eres. – Sarah estiraba las letras usando un tono ñoño que me hacía gracia.
- Ya, cállate. Si tú hubieras visto la cara de Niall cuando le di tu número…
- ¿Vesss? ¡Si es qué me lo como!

Sonó el timbre para volver a subir a las aulas. Sarah y yo nos levantamos y empezamos a caminar, pero algo no iba bien. Tenía la sensación de que…me miraban, demasiado. Miré por el rabillo del ojo el pasillo lleno de gente, y pude ver como todas las miradas de las chicas estaban fijas en mi y en Sarah, acompañadas de miles de susurros.

- Sarah, eh, ¡Sarah! – le di con mi mano en el brazo para que prestara atención.
- ¡Qué pasa!
- La gente. La gente nos mira. – le susurré.
- Hasta ahora, no somos invisibles, cariño.
- No, idiota. Que nos miran, solo a nosotras. – Sarah repitió mi acción de antes y con los ojos muy abiertos me miró.
- ¿Qué diablos les pasa?
- Ni idea…- pasamos de largo a un grupito de unas tres chicas de cursos inferiores y escuché fugazmente “One Direction”.
- ¡Sarah, dios, saben que estamos con Harry y Niall, todo el instituto lo sabe!
- Mierda, no sé como no nos dimos cuenta antes, ¿cómo no van saberlo si salen nuestras fotos por todas partes? – llegamos a la clase de Sarah. – Luego  hablamos, ten cuidado, estás rodeada de zombies.

Me reí y fui hacia mi aula. Las tres clases siguientes pasaron bastante rápido  a pesar de ahora ser consciente de que muchos ojos estaban posados sobre mí, evitaba el contacto visual con la gente de clase lo máximo posible, me ponían de los nervios.

- Y bueno, ¿qué vas a hacer hoy? – estábamos ya dentro del autobús y camino a casa. Sarah se recostó en el asiento y puso su mochila en su regazo.
- Pues…hoy Harry viene a comer a casa. – abrió los ojos y me miró. – Mi madre…-  Sarah se río.
- Venga, que seguro que tu madre será una suegra estupenda. – le lancé dagas con los ojos y ella besó mi mejilla.
- ¿Qué vas a hacer tú?
- Mi casa está vacía hoy, así que invité a Niall a comer. – sonrió abiertamente.
- A saber qué hacéis…- levanté una ceja insinuando y ella me pegó en la pierna.

El autobús llegó a la parada de Sarah y se bajó. Yo solía bajarme con ella y luego ir caminando hasta casa para estar más tiempo juntas, pero hoy debía llegar temprano. Tan pronto como el autobús aparcó, cogí mi mochila y avancé a paso apurada hasta casa.

Harry no había llegado, suspiré aliviada. Unos brazos rodearon mi cintura haciendo que mi cuerpo se sobrecogiera por el susto.

- Hola. – susurró en mi oído haciendo que un escalofrío me recorriera de pies a cabeza, apoyó su mentón en mi hombro.
- Me asustaste. – me giré para quedarme viendo sus hermosos ojos verdes. Me sonrió.
- Es que me lo pusiste tan fácil… ¿cómo estás? – apartó un mechón suelto de mi pelo y lo escondió tras mi oreja.
- Bien…bueno, nerviosa.
- ¿Por qué?
- Porque mi madre puede llegar a ser muy pesada a veces…
- Tranquila, mi encanto le abrumará, verás. – me reí mientras él no apartaba la vista de mis ojos. - ¿Puedo robarte un beso antes de entrar?

Asentí con una sonrisa en los labios, los cuales fueron apoderados en cuestión de segundos, movíamos nuestras bocas en un compás lento que me hacía desear besarle con ansias y desesperación, pero Harry se apartó antes de que me volviera loca.

- ¿Entramos? – rozó mis labios con sus dedos.
- Si.

Toqué el timbre y escuché unos pequeños pasos apurados antes de que se abriera la puerta y se asomara Emily con una sonrisa.

- ¡Mamá, Kelly ya está aquí!
- Traigo una visita. – entré en casa dejando visible a Harry que estaba tras de mi, la cara de Emily pasó de una tranquila a una histérica.
- ¡Aaaaaaaah, es Ha-Ha- Harry Styles! ¡Aaaaaaaaah, no me lo puedo creer, no, no, no! – empezó a dar saltitos, yo la observaba con los ojos abiertos, jamás se había comportado así. – Espera…- me miró y luego miró a Harry. – Mamá dijo que vendrías con tu novio a comer…¡¿Harry Styles es tu novio?! – asentí levemente y ella entrecerró los ojos. - ¡Como no pudiste decirme nada!
- ¿Qué pasa aquí? – mi madre apareció en la entrada y miró la escena sin entender.
- ¡Es su novio! – dijo Emily señalando a Harry acusadoramente.
- Ya, cariño, te dije que vendría, ¿no te acuerdas?
- Pero es Harry…Harry Styles…
- ¿Eres Directioner, pequeña? – Harry se agachó hasta la altura de Emily y le sonrió, no sé como no estaba de los nervios o incómodo. Yo lo estaría, todo esto era vergonzoso.
- Ajá. – consiguió hablar Emily que le miraba embobada.
- Pues encantado de conocerte, ¿cómo te llamas?
- Emily. – susurró.
- Que nombre más bonito. – mi hermana esbozó una sonrisa tímida. Harry se levantó y me miró.
- Eh…mamá, él es Harry, Harry ella es mi madre. – Harry se acercó a mi madre y le dio dos besos.
- Que sepa usted, que tiene dos hijas preciosas, creo que sé de donde sacaron su belleza. – a mi me pareció la bobería más grande del mundo, es más, me entraron ganas de reírme, pero mi madre le sonrió. Increíble, le caía bien.
- No me trates de usted, llámame Marie. – Harry asintió. – Bueno, la comida está lista, ¿vamos?

La mesa del salón estaba puesta, solo comíamos en el salón cuando había visitas o era fiesta. Mi madre trajo la comida a la mesa. Harry se sentó en la cabeza de un lado de la mesa, y en el otro mi madre; Emily y yo a cada lado.

Para mi suerte la comida fue todo un éxito, mi madre no lo acosó demasiado a preguntas, ya que todas las que le hacía se las respondía Emily. Harry en todo momento se mostraba feliz y era lo único que conseguía sacarme toda la tensión. Esperaba de verdad que no lo estuviera pasando mal.

- Estuvo todo riquísimo. – dijo después de masticar el último trozo de la tarta de manzana que había hecho mi madre. – Pero tengo que irme, me vienen a recoger dentro de nada a unas casas de aquí.
- Oh claro. – Harry se levantó y yo con él.
- Voy a acompañarlo, ¿vale? – mi madre asintió.
- Encantado de verdad, Marie. Cocina de lujo. – dejó otros dos besos en sus mejillas y nos acercamos hasta la puerta seguidos de Emily. – Bueno, pequeña, me alegra saber que tenemos una fan tan dedicada como tú. Prometo presentarte a los demás un día de estos, ¿vale? – Emily se lanzó a Harry en un abrazo, el cual lo correspondió. Una ola de ternura abrasó mi cuerpo.
- Adiós Harry. – se despidió y salimos por la puerta.
- ¿Dónde te vienen a buscar?
- En la casa de Sarah, en realidad tengo aun bastante tiempo, ya que Niall no me dijo una hora concreta, solo que lo esperara fuera. Pero quería pasar algo de tiempo contigo. – cogió mi mano y entrelazó sus dedos con los mío. Empezamos a caminar hacia casa de Sarah.
- ¿Ha sido tan desastroso como me ha parecido? – suspiré.
- ¿Bromeas? Tu madre es majísima, y creo que le he caído bien. – sonrió satisfecho.
- Perdón por la actitud de Emily…
- ¿Qué? ¡Si tu hermana es genial! Sabe más de mi que yo mismo. – se río. – Es adorable, en serio todo ha salido perfecto, lo juro. Repetiría de nuevo encantado.

Al llegar a la casa de Sarah nos sentamos en el bordillo de la cera. Harry pasó su brazo alrededor de mi cintura, atrayéndome a él y yo apoyé mi cabeza sobre su hombro.

No hablábamos, pero la verdad es como si nos lo estuviéramos diciendo todo, esto era lo que yo necesitaba. 

Necesitaba a alguien con el que poder estar en silencio y que no resultara incómodo, todo lo contrario. Necesitaba a alguien que me demostrara que quería estar a mi lado. Necesitaba a alguien que supiera que jamás me dejaría. Necesitaba a Harry.

- ¿En qué piensas? – me preguntó subiendo su brazo hasta mi pelo, acariciándolo.
- En nada…- sonreí. - ¿Y tú?
- En que me encanta estar así contigo. – besó mi cabeza y sentí mil mariposas volando en mi estómago.

Empezaba a asustarme de lo rápido que Harry se había colado en mi corazón. De que con solo rozarme me haga sentir estúpidamente bien. Sus besos me hacían olvidar de absolutamente todo. Temía a los sentimientos que se afloraban dentro de mi. 









¡Oh dios mío, pero si estoy viva! 

De verdad que siento haber tardado tanto es subir. Pero desde que empecé 4º de ESO, estoy que no puedo. Necesitaba acostumbrarme a la rutina, además, tengo colegio de mañana y tarde, a parte de clases particulares, así que pffff.

Pero estoy aquí de nuevo, por fin. 

Espero que os haya gustado el capítulo, que sé que no es gran cosa, pero bueno.

Mil gracias por todos vuestros comentarios y votaciones, sois adorables jfdksfskds. 

Ossssss quiero millones.