El tono de llamada de mi móvil me estaba taladrando
brutalmente los oídos. Me desperecé rápidamente y descolgué.
- Qué. – gruñí.
- Uuuuuy como nos despertamos. – escuché la voz burlona de
mi amiga tras el teléfono.
- Sarah. Qué quieres. Estaba durmiendo, ¿sabes?
- Lo sieeeeeento, pero te necesito. Necesito que vuelvas a
cubrirme en Nando’s.
- ¡¿Qué?! Estás de broma.
- Niall quiere llevarme a un sitio…solo son dos horas, por
favor…- suplicó con voz aguda.
- Sarah…
- Venga, te la devolveré cuando tú quieras, de verdad. –
suspiré.
- Aggg, vale, vale. Pero no me voy a olvidar.
- ¡Te quiero, te quiero, te quiero! ¡Eres la mejor amiga que
una puede tener! Tienes que estar en Nando’s a las cuatro.
- Ya, ya. Corre a ponerte guapa para Niall. Déjame volver a
dormir un rato más.
- Vale, vale. Gracias, de verdad, adiós guapa. – y colgó.
Volví a hundirme entre las mantas y ahogué mi cabeza en la
almohada. Después de una media hora intentando volver a dormir, me di cuenta de
que me había desvelado completamente. Así que me fui a la ducha. Al salir sequé
mi pelo y me vestí. (http://www.polyvore.com/watch_movie_with_him/set?id=63072563)
Después de comer, salí directa hacia Nando’s. El tiempo en
Londres esa mañana era muy frío, así que agradecía haberme llevado la bufanda.
Al llegar a Nando’s me encontré con Taylor.
- ¡Kelly! Cuanto tiempo. – dejó un beso en mi mejilla. -
¿Vienes a cubrir a Sarah?
- Por desgracia, si. – ella se río.
- Venga, que te doy la camiseta.
Después de una hora y media de atender mesas y llevar comida
de aquí para allá, agradecí que el local estuviera ahora casi vacío. Me senté
en uno de los taburetes de la barra y abrí una revista. No era de extrañar que
la cara de Harry y los demás chicos la cubrieran. Suspiré. Hoy era sábado y
llevaba sin ver a Harry desde que vino a comer a mi casa, no paraba de ir a
cadenas de radio o al estudio, programas de televisión, pequeños conciertos,
sesiones de fotos…Y lo peor es que lo extrañaba demasiado, pensaba que no iba a
ser tan duro esto de salir con una estrella mundial del pop, pero me
equivoqué demasiado. Lo necesitaba conmigo, a mi lado, sobre todo ahora que me
había dado cuenta de que me estaba enamorando de Harry, ahora que me había dado
cuenta de que lo quería…
- Kelly, ¿puedes ir a coger una caja de cebollas a la
despensa? – me preguntó una de las chicas de la cocina.
- Claro, vengo ahora.
Fui hacia la despensa y cogí la caja, pero un ruido llamó mi
atención. Me acerqué un poco y mis ojos no pudieron creer lo que estaban
viendo: Zayn tenía acorralada a Taylor mientras la besaba de una manera para
nada tranquila.
Se me cayó la caja al suelo y ellos me miraron, separándose
inmediatamente. Recogí la caja y salí corriendo de ahí, se la di a la chica y
me senté de nuevo en la barra viendo hacia mis manos que no podían parar de
moverse.
¿En serio acaba de pasar eso?
Después de unos minutos vi salir a Taylor que se sentó a mi
lado con la cabeza agachada.
- Kelly…yo…
- ¿Estás saliendo con Zayn? – pregunté directamente.
- No. – suspiró.
- Entonces… ¿Por qué…?
- No estamos saliendo, estamos…en ‘algo’, pero no salimos ni
somos novios ni nada…
- ¿Desde cuándo?
- Un mes casi…Kelly, no le puedes contar lo que viste a
nadie, en serio.
- ¿Por qué lo guardáis en secreto?
- Sería un escándalo para la presa, prefiero…evitar todo
eso. – su voz sonaba tan apagada que no me creía nada de lo que decía.
- No se lo diré a nadie, tranquila.
- Gracias, de verdad. – me sonrió aliviada.
- Hoooola guapas. – nos giramos y vimos entrar a Sarah con
una sonrisa enorme en los labios.
- Que feliz vienes eh. – se sentó en uno de los taburetes a
nuestro lado.
- Adoro a Nialler, de verdad. Me llevó de picnic a un
pequeño parquecito apartado de todo el mundo, lo quiero tanto. ¿De qué
hablabais? – Taylor se puso tensa.
- De nada en especial…Como ya viniste, yo me voy ya. – fui a
quitarme la camiseta y ponerme mi ropa de nuevo.
- Kelly, hay alguien esperándote fuera. – dijo Sarah con
tono pícaro. – No te portes mal eh, adiós.
Salí del local esperando encontrarme a alguien, alguien
cubierto hasta la cabeza para que no le descubrieran, pero no había
absolutamente nadie. Fruncí el ceño, ¿Sarah me había gastado una broma? Porque
si era así, era una broma de muy mal gusto. Entonces, un coche negro, un Audi, con
los cristales tintados del mismo color tocó la bocina. Me acerqué despacio y la
ventanilla se bajó, y para mi sorpresa el dueño de los ojos verdes más bonitos
del mundo estaban ante el volante.
- ¡Ha…! – no me dio tiempo a acabar su nombre porque me
interrumpió.
- Sssssssssssssh. Sube, rápido, venga. – abrí la puerta y me
senté. – Ponte el cinturón. –obedecí y puso el coche en marcha.
- ¡¿Se puede saber desde cuando conduces?! – subí el tono de
voz, atónita.
- ¡No grites, que me desconcentras! – suspiró y mantuvo la
vista fija en la carretera, nos paramos frente a un semáforo. – Conduzco desde
hoy temprano, he podido sacarme el carnet unos días antes de mi cumpleaños. –
sonrió.
- ¿Estoy en el coche con un más que principiante conductor?
- Eh, ya he estado al volante antes, Louis me enseñó, y me
dejaba practicar con su coche. Y que sepas, que lo hago genial. – el semáforo
cambió a ámbar. – Pero es mejor que no hables hasta llegar a casa, por si las
moscas…- volvió a poner rumbo.
¿Pensaba que eso me tranquilizaba? Agg.
Miraba a través de la ventana como Londres seguía con su
vida normal, mientras yo estaba dentro de un coche con un conductor principiante
intentando mantener la cordura y las ganas de salir corriendo.
De vez en cuando desviaba mi vista hacia su rostro. Era la
primera vez que lo veía tan serio, o concentrado. Aunque he de admitir que
estar al volante lo volvía más atractivo, si era posible. La luz chocaba contra
sus cristalinos ojos esmeralda regalándole brillo.
Llegamos a la casa de Harry y Louis. Guardó el coche en el
garaje y apagó el motor. Salió y vino a abrirme la puerta.
- No hace falta que me abras la puerta…- murmuré.
- ¿Estás enfadada? – entramos a la casa por la puerta del
garaje.
- Estoy molesta. ¡Podríamos haber tenido un accidente! – él
se río entre dientes. - ¡No es gracioso!
- Claro que lo es, como extrañaba verte enfadada, estás más
guapa todavía. – No pude evitar el reciente calor que cubrió mis mejillas. Se
acercó a mí y me abrazó por la cintura, yo crucé los brazos sobre mi pecho. –
Anda, no te enfades. No dejaría que nada malo te pasara. Si supiera que podría
tener un accidente, ni de lejos se me habría ocurrido llevarte en el coche
conmigo.
- ¡Ah, así que si a ti te hubiera pasado algo te daría
exactamente igual!
- Lo único que lamentaría sería no poder estar a tu lado. –
besó mi mejilla delicadamente.
- Eres idiota...- se acercó a mis labios, podía sentir su
respiración chocar contra ellos.
- Fue tu primer adjetivo hacia a mí. – sonrió y me atrapó en
un beso corto. - ¿Te apetece ver una peli? – se separó de mi y fue hacia la
cocina.
- Vale.
- Escoge tú, están todas en el mueble de debajo de la tele.
Voy a hacer palomitas.
Me puse de rodillas sobre la alfombra y empecé a buscar una
película que me llamara la atención. Cuando la encontré, metí el disco en el
DVD y encendí la tele.
- ¿Ya escogiste una? – me giré y vi a Harry intentando
llevar un bol enorme de palomitas y dos Coca-Colas a la mesa. Fui hacia él y le
cogí las bebidas. Colocamos todo en la mesa y se sentó en el sofá con el mando
en la mano, me hizo una seña para que me sentara a su lado, obedecí. - ¿Love
Actually? – dijo al ver el menú inicial en la pantalla.
- La he visto un par de veces, pero me encanta. – me sonrió.
- Es mi película favorita.
- Entonces, ¿hice una buena elección?
- Una excelentísima elección.
Le dio al play. Pasó un brazo alrededor de mi cintura,
atrayéndome a él y apoyé mi cabeza en el hombro, y Harry apoyó su cabeza en la
mía.
“Siempre que me siento pesimista por cómo está el
mundo, pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión
general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo
entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es
especialmente decoroso ni tiene interés periodístico pero siempre está ahí.
Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos
amigos... Cuando los aviones se estrellaron contra las torres gemelas, que yo
sepa, ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de
odio y venganza. Todas fueron mensajes de amor. Si lo buscarais, tengo la
extraña sensación de que descubriríais que el amor en realidad, está en todas
partes.”
Desde ese comienzo, en toda la película mi sonrisa era
notoria. De todas las veces que había visto Love Actually, jamás fue de la
forma que ahora la miraba.
Me daba tanto que pensar. Tenía ganas de actuar, de mostrar
todos y cada uno de mis sentimientos.
“—Pero díselo.
— ¿El qué?
—Que la quieres.
—Ni hablar, su avión sale esta noche.
—Sam, no tienes nada que perder, y te arrepentirás si no lo haces. Yo
nunca se lo dije lo suficiente a tu madre. Tendría que habérselo dicho cada
día, porque era perfecta cada día. Las películas no se acaban hasta que sale la
palabra fin.”
Un par de escenas más
y la película acabó entre abrazos y muestras de amor. Pegué un largo suspiro.
- Harry…- susurré, pero no recibí respuesta alguna. -
¿Harry? – saqué mi cabeza de su hombro lentamente.
- ¿Qué? ¿Qué pasó? – reaccionó alterado. Me reí.
- ¡Te quedaste dormido! – le reclamé entre risas.
- ¡No, no, no! Bueno…puede que un poquito, ¡solo un poquito!
Lo siento…llevo una semana…apenas puedo dormir cuatro horas de un tirón, estoy
muy cansado.
- No deberías haber venido a buscarme, era mejor que hoy
descansaras. – acaricié su mejilla.
- Quería estar contigo. Soñarte no es tan bueno como
tenerte. – me sentí tan colorada.
Posó sus manos en mi cintura y me hizo acostarme en el sofá,
por suerte el sofá era lo bastante largo y ancho, así que se tumbó a mi lado,
entrelazó sus dedos con los míos, acariciándolos. Su mirada verde no me dejaba
respirar.
Se acercó más a mí y atrapó mis labios en un beso, y otro, y
otro más.
- Kelly…- subió una mano hacia mi mejilla, apartó todos los
mechones de pelo sueltos tras mi oreja, acomodándolos repetidas veces, marcando
el contorno de mi oreja.
- Harry…- me sonrió y volvió a juntar sus labios con los
míos, pero no me besó, los rozó.
- Te quiero. – susurró contra mis labios.
Mi corazón dio un vuelco. Sentí como una ola de felicidad
atravesaba mi cuerpo. Miré detenidamente sus ojos, mostraban la mirada más
sincera que había visto nunca.
Cuando lo conocí no me esperaba para nada llegar a vivir
este momento. Y ahora estaba aquí, con el idiota y perfecto Harry Styles, que
acababa de soltarme un “Te quiero”.
¡No podía ser! ¿En qué momento, Harry? ¿En qué momento te
convertiste en la persona más esencial en mi vida? ¿Cuándo toda la rabia que
sentía hacia ti se convirtió en cariño? ¿Cuándo dejaste de ser un egocéntrico
para ser la persona más maravillosa del mundo? ¡Diablos, te quiero, claro que
te quiero!
- Yo también te quiero, mucho. – pude ver como sus hoyuelos
hacían aparición, mostrándome la más ancha y preciosa sonrisa.
- Mucho, mucho, mucho, mucho, mucho. – depositaba pequeños
besos por toda mi cara entre cada palabra, hasta terminar en mis labios,
dándome un beso lento, un beso cargado de sentimientos.
Yo desaparezco y aparezco como si nada. Pero bueno, pooooooooor fin subo el capítulo. Lo que me costó escribirlo no lo sabe nadie. No se me ocurría nada.
Gracias por estar ahí, comentando para que suba, que si no fuera por esos comentarios tan JRESNDHJSD que me dejáis, no habría capítulo. También gracias por todas las votaciones.
Bueno, no me alargo más. Os quiero, mucho muchísimo.
Pd: espero que os haya gustado el cambio repentino de la apariencia del blog.