domingo, 15 de septiembre de 2013

Capítulo 34.

- ¿En serio no me vas a decir a dónde vamos?
- Nop. – negó con la cabeza, mientras sonreía de lado.
- ¡Oh, venga! Ya has conseguido mantener el misterio hasta que por fin me tienes dentro de este avión, pero yo creo que ya va siendo hora de revelar el nombre del lugar, ¿no?
- Lo sabrás cuando lleguemos. Y nos esperan por delante un par de horas, así que será mejor que descanses un poco. – rodé los ojos y suspiré.
- Puedes resultar realmente odioso a veces, ¿sabías? – pasó su brazo por encima de mi cabeza para luego atraer mi cuerpo hacia su pecho, ayudando a que me recostara.
- Intenta dormir. - Iba a quejarme pero decidí cerrar los ojos y dejarme llevar por el ritmo de su calmada respiración.

Después de haber aceptado, sin tener siquiera opción a negarme, la proposición de Harry de llevarme de viaje cuando empezaran mis vacaciones de verano, había estado esperando este momento con un estado de nerviosismo mayor que el que me causaba mi último examen en el instituto. Examen que, increíblemente, me salió mejor de lo que pudiera haberme imaginado.

Tanto Sarah como yo habíamos alcanzado dos de las mejores notas, lo que nos casi aseguraba el acceso a la universidad que eligiéramos. A pesar de que nos pasamos una tarde entera cubriendo solicitudes, Sarah estaba segura de cual quería que fuera el lugar donde iba a pasar el resto de los cuatro años de su vida sacando la carrera. Pero yo había mandado tantas solicitudes porque realmente no sabía que universidad  escoger, todas tenían cosas que me gustaban y cosas que no, haciendo que me fuera imposible poder elegir una.

Cuando el día del viaje llegó me alegré de que mi mente fuera distraída de la constante corriente de pensamientos sobre mi futuro. Pensamientos que también giraban en torno a lo que Harry y yo teníamos, había una infinidad de cosas que me preocupaban respecto a nosotros, pero que Harry no tenía la más mísera idea de que existieran esas preocupaciones.

Él había estado sumergido totalmente en su trabajo como integrante de la boyband más aclamada  del momento e intentando compaginarlo a la vez para poder hacer que este viaje fuera perfecto.

Al final, resultó que los demás chicos estaban con el mismo problema. Todos iban a llevar  a sus respectivas parejas de vacaciones durante una semana, y ninguna de nosotras sabía el destino de esas vacaciones.

A pesar de los incansables intentos para que Harry me revelara a donde pensaba llevarme, él se había mantenido callado como una tumba, usando sus propios medios para disuadirme, medios que funcionaban a las mil maravillas. Toda capacidad que tenía para resistirme a él se había esfumado en los últimos días, y él se aprovechaba cuanto podía de ello.

- Kelly…- me revolví en el asiento. – Cariño…
- Mmmmh. – escuché como sonreía.
- Ya hemos llegado. – abrí los ojos poco a poco, encontrándome con la radiante sonrisa de mi precioso novio, que me tenía acurrucada contra su pecho. Me separé para poder estirarme y bostezar.
- ¿Qué tal si me llevas directamente a una cama? No he dormido lo suficiente.
- Aunque la idea de tenerte en una cama ahora mismo es tentadora…- delineó mi labio inferior con su pulgar. - …Siento decirte que antes quiero visitar un poco la ciudad contigo.

Tiró de mi brazo levantándome del, demasiado cómodo, asiento. Dejó descansar un mano en mi cintura mientras me conducía fuera del avión y hacia dentro del aeropuerto donde fuimos a recoger nuestras maletas y luego a por un taxi.

- Este lugar no me suena de nada. – fruncí el ceño mientras escrutaba las calles con la mirada a través del cristal.
- ¿Falta mucho para llegar al centro? – preguntó Harry al taxista, ignorándome.
- Solo unos cinco minutos, señor. – dejé que mi cabeza cayera contra el apoya-cabezas y miré a Harry.
- ¿Cinco minutos y sabré dónde estamos?
- Solo cinco.




Mis ojos se abrieron al observar todo el lugar a mí alrededor. Las personas pasaban de largo mientras yo admiraba cada detalle de cada edificio, casa o tienda.

- ¿Dónde estamos? – sentí a Harry tomar mi mano.
- En Finlandia.
- ¡¿Finlandia?! – no podía creérmelo. De todos los lugares del mundo, Finlandia era el lugar que menos me esperaba.
- Ajá, ¿por qué? ¿No te gusta? – Empecé a negar rápidamente con la cabeza, no quería que pensara eso.
- Si, me gusta. Por lo menos lo que llevamos visto hasta ahora…que es prácticamente nada, pero he visto fotos en los libros de texto y siempre me ha parecido un sitio completamente mágico. 
- Yo opino lo mismo, y siempre quise visitar Finlandia con alguien especial. – me miró, de esa forma, con una media sonrisa en sus labios y con felicidad en sus ojos. Eso era suficiente para que el mundo temblara bajo mis pies.
- ¿Vistamos un poco la ciudad?
- Por favor.



Después de un largo día recorriendo cada rincón de la ciudad y de que Harry me obligara a ir de compras y a aceptar, muy a regañadientes, que me comprara todo lo que él quería, estábamos siendo conducidos a sabe Dios dónde, dentro de un taxi.

Levanté mi cabeza del hombro de Harry al darme cuenta de que los edificios habían casi desaparecido durante el trayecto. Ahora solo podía observar distintas variedades de árboles, sin atisbar un rastro de civilización.

El taxi paró de repente y no me quedé a esperar a Harry, salí fuera, dándome cuenta de que lo único que teníamos delante era una cabaña de madera con un cartel encima que ponía ‘Información’.

- ¿Piensas quedarte ahí? – me di la vuelta y vi como Harry rodeaba la cabaña. Corrí para alcanzarlo.
- ¿Y nuestras maletas? – pregunté, colocándome a su lado y agarrando su brazo para no quedarme atrás. No había nadie alrededor y tenía miedo de perderme.
- Cuando nos dejaron en la ciudad encargué que se llevaran las maletas. Así que ya están en casa.
- ¿En casa? – fruncí el ceño. Harry se paró delante de un Land Rover jeep verde y con las ruedas llenas de tierra, al igual que ciertas zonas de la carrocería. Dejó las bolsas de nuestras compras en los asientos de atrás y me abrió la puerta del copiloto.
- Si, en casa. Ahora entra, pronto oscurecerá y aquí no hay demasiadas luces por el camino. – me senté, abrochándome el cinturón de seguridad y esperé a que él entrara y hiciera exactamente lo mismo, poniendo en marcha el motor.

Condujo en silencio mientras yo intentaba contener los pequeños chillidos que me llegaban a la garganta cada vez que pasábamos por encima de un terrible sendero de rocas, ¿no sé suponía que estos coches eran perfectos para este tipo de suelos? Puede que la culpa no sea del coche si no del conductor, me dije, viendo a Harry apretar la mandíbula intentando tomar el control completo del jeep.

Di gracias cuando por fin se detuvo, soltando todo el aire que había estado conteniendo. Me llevé una mano al pecho, justo encima de mi corazón, que latía con fuerza dentro de mí.

- Ag. Dichosos 4x4. – murmuró Harry entre dientes mientras habría su puerta y luego cogió las bolsas, cargando con ellas en una sola mano. - ¿Estás bien? – dijo desde donde se situaría la ventanilla, si la hubiera, ya que ese jeep no tenía capota ni ventanas. Tiró de la manilla de la puerta desde fuera, abriéndola para mí y luego ayudándome a bajar de ese maldito coche.
- Creo que no quiero volver a repetir ese viaje. – al poner los pies sobre el suelo me di cuenta de que estaba mareada y me tambaleé un poco, haciendo que Harry soltara todas las bolsas para poder sostenerme antes de que me cayera.
- Mierda, ¿estás mareada? – asentí levemente. Sosteniendo mi frente con la mano. En un segundo estaba intentando mantenerme a mi misma y en otro mi cuerpo estaba flotando en la comodidad de los brazos de mi novio.
- Ha-Harry…no es necesario, puedo caminar. – me di cuenta de que el mareo hacía que me pesaran las palabras.
- Si es necesario.
- Peso Ha…- no me dejó terminar la frase.
- No es la primera vez que te cojo en brazos. Eres como una pluma de canario, Kelly. – mi malestar no me impidió darle un merecido puñetazo en el pecho.
- Cállate. – le dirigí una mirada dura.
- Cuando alguien está mareado no le pega a su novio,  ¿sabes?
- Bueno, los novios no deberían ser tan idiotas si no quieren que les peguen.
- Ahí estás de nuevo. – se río refiriéndose a la vuelta de mi personalidad malhumorada que solo él conseguía sacar.
- Si dejaras de provocarme, no tendría que ser así. – besó mi nariz y luego me dejó sobre mis pies, pero aun con su mano en mi cintura.
- Provocarte se me da demasiado bien como para dejar de hacerlo, cariño.
- Será mejor que cierres esa boca, Styles.
- Bienvenida a casa, señorita Lodge. – susurró en mi oído.

Levanté la vista, abriendo mis ojos todo lo posible. Uau.

Era una casa en un árbol, bueno, o mejor dicho, era un árbol dentro de una casa. Desde fuera se podía apreciar que contaba con tres plantas, si contabas la tarima o especie de porche que había antes de la verdadera casa, la madera de la que estaba hecha era de color blanca.

- ¿Qué te parece? – preguntó Harry ansioso por tener mi opinión.
- Un sueño. – escuché como se reía antes de tomar mi mano y sin pararnos ni un minuto en ese porche, me hizo subir las escaleras llevándome a hasta la puerta de la casa. – Toma. – me tendió una pequeña llave colgando en un llavero de cuero negro que tenía escrito el número diecinueve.

Tomé la llave y abrí la puerta y tiré de nuestras manos entrelazadas para entrar. La sala contaba con dos sofás paralelos uno al otro con una alfombra en el medio y al fondo una pequeña cocina con una barra americana de desayuno. Las ramas del árbol pasaban por las ventanas de la sala, algo que me resultaba gracioso y hermoso.

- Esto es precioso, Harry. – la sonrisa en su rostro doblaba la mía.
- ¿Quieres ver la planta de arriba? 
- Vale.

Subimos las escaleras de madera, en realidad, todos los muebles eran de madera. Mis ojos repasaron la habitación que tenía ante mí. Un colchón enorme en el suelo, una pequeña televisión, una mesilla de noche con una lámpara que, al parecer era la única que proporcionaba luz al cuarto y luego un pequeño armario y una estantería, además de otra puerta que supuse que contendría el baño. Lo mejor de esa habitación era su forma acabada en pico en el techo, debido a que lo único que había arriba era el tejado en esa misma forma.

- No tengo palabras, en serio. – lo besé en los labios intentando transmitirle todo lo que estaba sintiendo ahora, ya que no encontraba otra forma de hacerlo.
- Mmmmh…Me encantaría pasarme todo el día besándote, pero quiero prepararte la cena. – dijo, después de romper el beso.
- Oh, ¿vas a cocinar para mí?
- Si, y quiero hacerlo solo, así que… ¿por qué no te das una ducha para darme algo de tiempo?
- Está bien, la verdad es que necesito esa ducha.
- Genial, te veo luego entonces. – besó mis labios una vez  más antes de desaparecer escaleras abajo.




Después de un baño verdaderamente relajante, ya que no había ducha, si una increíble bañera lo suficiente grande para poder estirarme a mis anchas, salí del baño envuelta en una suave toalla de algodón blanco y secando con otra la humedad de mi pelo. Me di cuenta de que algo había cambiado en la habitación, ya que la cama antes vacía, tenía ahora sobre ella una caja cerrada con un lazo rosa.

Me senté en el borde de la cama, poniendo la caja sobre mi regazo y la abrí. Dentro recogí la nota que había escrita, reconocí inmediatamente su letra.


Creo que te debo un cumpleaños como es debido.
Así que esta es mi manera de compensarte.

Te espero abajo, no tardes o me veré obligado a subir a por ti.

                         H. 


Sonreí casi inconscientemente. Dejé la nota a un lado y saqué el vestido rosa palo muy clarito que guardaba la caja. (http://www.polyvore.com/gone_away/set?id=93531376) No recordaba haber visto este vestido en ninguna tienda, así que di por sentando que Harry lo había comprado cuando yo estaba dentro de algún probador.

No tardes o me veré obligado a subir a por ti.” Recordé las palabras de la nota, así que me puse de pie y abrí mi maleta para coger ropa interior y unas sandalias marrones para conjuntar con el vestido.





Bajé las escaleras que llevaban al porche dando vueltas a un mechón de pelo todavía algo húmedo, para hacer que se formara una onda suave.

Cuando alcé la vista lo primero que vi fueron los farolillos que proporcionaban luz a la noche oscura que absorbía al bosque donde nos encontrábamos. Pero luego me fijé en lo que realmente alumbra el lugar: Harry. Estaba allí parado vistiendo unos pantalones negros y una camisa blanca con algunos botones desabrochados, dejando visible el camino de su pecho hasta el principio de su abdomen. Mis ojos se clavaron en los suyos y él pasó una mano por sus rizos, colocándolos de nuevo en su lugar. Empecé a caminar hacia él, notando como me miraba de arriba abajo.

- Estás preciosa. – dejó un pequeño beso en mi mejilla.
- Tú también. – sus hoyuelos aparecieron en su cara.
- ¿Cenamos? – dijo, señalando a la mesa llena de una comida que con solo verla se te hacía la boca agua.
- Si, me estoy muriendo de hambre.





- No sabía que cocinaras tan bien. – dije cuando acabamos la cena.
- Bueno…eran recetas que he estado mucho tiempo perfeccionándolas. Me alegra que te haya gustado. – se levantó de la mesa y vino hasta mi, tendiéndome una mano. - ¿Bailas conmigo?
- No hay música. – junté mis cejas. Y en ese momento el pulsó la pantalla de su móvil dejando que empezara a sonar una canción demasiado conocida para mí.
- Ahora sí, ¿bailas? – sonreí asintiendo y cogí su mano.

(Darle al play)


Posó las manos en mi cintura mientras yo llevaba las mías hasta su cuello. Ed Sheeran comenzó a cantar Give me love desde los altavoces del móvil.

Harry nos movía de un lado al otro mientras yo apoyaba mi cabeza en su pecho. La voz de Ed y la de Harry juntas sin dudaba era una muy buena combinación, y más cuando Harry te cantaba al oído. Sentí la necesidad de detener el tiempo justo en ese momento, quedarme así, junto a Harry, toda mi vida. Y es que lo quería para toda mi vida.

Las mariposas empezaban a causarme muchos problemas y decidí que era hora de demostrarle a Harry lo muchísimo que le quería y lo muchísimo que lo necesitaba. A todo él.

La canción se acabó y yo no esperé ni un segundo antes de lanzarme a sus labios. Lo tomé completamente por sorpresa, algo que me hizo gracia. Pero reaccionó tan rápido como esperaba que lo hiciera. Su lengua rozó mis labios, pidiéndome, o más bien, rogándome la entrada. Gemí al sentir su lengua chocar con la mía y apreté más mi cuerpo contra el suyo.

Cuando nos paramos para poder tomar aire de nuevo, cogí su mano y tiré de él hacia las escaleras para entrar en casa. Cuando la puerta se cerró, él me hizo chocar contra la pared para poder atacar mi cuello a besos. Mis manos se movían descontroladamente por encima de su camisa, cuando decidí que le sobraba, así que empecé a desabotonarla. Harry me ayudó dejando sus brazos sueltos, pero sin dejar desatendido mi cuello, para que yo pudiera deslizar la tela fuera de su cuerpo. Cuando tiró del lóbulo de mi oreja con sus dientes tuve que morder mi labio para contener el pequeño gritito que quería soltar.

Lleve mis manos a su abdomen, dejando caricias hasta que llegué al cinturón que tenía alrededor de sus pantalones y justo cuando me disponía a desabrocharlo, Harry me agarró de las muñecas, deteniéndome.

- Kelly… ¿Estás segura?...No tenemos porqué…- dijo con la respiración entrecortada pero con la mirada muy seria.
- Sí, estoy segura.
- Está bien, pero no aquí. Subamos.

Ahora era él quien tiraba de mi mano para hacerme subir las escaleras hasta la que ahora era nuestra habitación. Me detuvo cuando yo intentaba ir hacia la cama y me volvió a besar en los labios. Sus manos empezaron a acariciar mi cuerpo con necesidad y cuando llegó a la cremallera del vestido la deslizó para hacer que cayera a mis pies.

Ahora estaba en ropa interior frente a él y eso me producía una vergüenza increíble, nunca otro hombre me había visto así antes.

- Tienes un cuerpo precioso, Kelly. – mis mejillas se tornaron más rojas, si es que eso era posible.

Me llevó hasta la cama, mientras se deshacía de sus zapatos y su pantalón. Se agachó para sacarme mis sandalias y luego me recostó en la cama, manteniéndose encima de mi cuerpo, pero de algún modo era capaz de descansar todo el peso sobre sus brazos y piernas, para que yo no lo sintiera. Pero lo único que yo quería era sentirlo.

Volví a acariciarlo, ahora bajo su atenta e intensa mirada. Bajó su boca hasta mi vientre y empezó a trazar un camino de besos hasta llegar a mis labios, donde se detuvo más tiempo, saboreándome al completo.






- ¿Estás segura? – volvió a repetir por segunda vez en la noche.

Estábamos completamente desnudos y con solo una palabra podía hacer que nos uniéramos completamente. Lo quería, quería que eso sucediera más que nada en el mundo. Quería que sucediera con él, porque estaba enamorada de todo lo que Harry era, de todo lo que me podía hacer sentir con solo un roce de piel contra piel. Porque sabía que él era el indicado, lo había sabido durante mucho tiempo pero hasta ahora no me había dado cuenta de la intensidad de mis sentimientos hacia él.

¿Qué si estaba segura?

- Si, Harry, estoy segura.

Clavó sus ojos en los míos antes de cerrarlos y besar mis labios una vez más, un beso corto pero cargado de emociones. Al abrirlos sentí todo el amor dentro de ese color esmeralda brillante y me pregunté si él podía ver lo mismo en mí.

- Te amo. – susurró.
- Te amo. – contesté, siendo totalmente consciente de todo el significado de esa frase.


Y en un movimiento, Harry unió nuestros cuerpos.












Hooooooooola. 

Bueno, tengo que deciros muuuuuuchas cosas. Pero antes de nada, como se me da muy mal describir las cosas, os dejo una foto de lo que sería la casa y la habitación: casahabitación.

Sé que no he narrado su primera vez detalladamente, pero es que tampoco quería que fuera una fanfic así, lo que más me gusta de GOOMH es ese toque tan dulce que tiene, y quería mantenerlo. Así que lo siento si os he decepcionado, pero en ningún momento he tenido la intención de narrar esa escena con detalle, me lo reservo para Gold in shadow o futuras novelas.

Hablando de Gold in shadow, no he olvidado esa novela, solo que quiero terminar GOOMH antes de seguirla. ¡Ah! Hace poco subí un nuevo trailer de Gold in shadow



                 

Espero que os guste y a las que no la leen todavía, se animen a hacerlo. 


Siento haber tardado tanto escribir, ya avisé de que tenía que centrarme en los exámenes de pendientes. ¡Paso a Bachiller! Y en realidad casi ese es el motivo de que haya tardado en subir, ya que luego he tenido que ponerme a cubrir todo el papeleo de la matrícula y eso. Bueno, además de que aproveché para descansar y salir todo lo que no había salido durante el verano. Mañana es la presentación y estoy cagada del miedo, ya que es la primera vez que cambio de centro, llevaba toda mi vida en el mismo colegio y ahora tener que cambiar todo...No sé, es raro y no estoy todavía preparada. Me he pasado toda la tarde escribiendo debido a la culpabilidad que sentía por no haber subido capítulo durante estos días y también necesitaba leer esos preciosos comentarios para poder sacarme este nudo de nerviosismo que tengo. 

Por cierto una chica me comentó preguntando si podía poner su novela así que aquí os la dejo: http://heartattackonedirectionfanfic.blogspot.com.ar ¡Pasaros a echarle un vistazo! 

Ahora mismo puedo decir que queda un capítulo y el epílogo. Así que el final está más cerca que nunca hdfbdnjsdaks. 

Y bueno que muchíiiiiiiiiiiisimas gracias por leer, comentar, votar. Simplemente por estar ahí, os quiero muchísimo. 

Recordar votar para saber cuantas personas leen.