domingo, 12 de mayo de 2013

Capítulo 25.


Hoy era viernes y sentía como cada vez el tiempo al lado de Harry se iba agotando, de manera tan rápida que cada vez que respiraba me parecía tiempo perdido a su lado.

Durante los últimos tres días, desde que las cosas entre nosotros se arreglaron casi no me había despegado de él. Venía a buscarme por la mañana para llevarme al instituto, a pesar de que hubiera insistido en que tenía que quedarse en casa y descansar, Harry se había empeñado completamente en que quería pasar esos pocos minutos de trayecto en coche conmigo. Me recogía después de salir de clase también, y luego íbamos a comer juntos hasta que fuera hora de ir a entrenar, donde él estaba claramente presente.

Ese era el caso en este momento. Me deslizaba a través de la pista formando poco a poco la coreografía. Nobody Knows había sido la elección correcta  estaba tan agradecida a Zayn, el cual se había pasado ayer a ver que tal iba el entrenamiento antes de ir a ver a Taylor, aunque se fue muy rápido ya que no quería robarnos nuestro escaso tiempo y él también debía aprovecharlo junto a Taylor.

Lo cierto es que todas las parejas estaban en el mismo caso que el mío. Yo solo miraba a Sarah gracias a que estábamos juntas en el instituto, y ella solo miraba a Taylor porque trabajaban en Nando’s. De Danielle y Liam sabía poco, pero por lo que me había contado Harry parecía ser que Liam se había llevado a Danielle a una pequeña escapada romántica. Y Louis…Louis se había escapado a casa de Eleanor. Harry se quejaba de que llevaba un par de días durmiendo solo y que no le hacía la menor gracia, me resultaba tan gracioso que cuando comíamos me numerara cada ruido raro que había oído mientras estaba en su cuarto solo.

- ¡Eh, te has saltado un paso! – forcé las cuchillas de los patines al suelo cuando escuché la voz de Harry por encima de la radio donde sonaba una y otra vez Nobody Knows.
- ¡Lo siento! – teníamos que hablar casi a gritos, pero ayudaba que hubiera eco. Me acerqué hasta a él lentamente.
- ¿En qué pensabas? – levantó una ceja hacia mi mientras me tendía la botella de agua, a la cual di un largo sorbo antes de responder.
- En nada en especial…- Solo dos días y te vas, en eso pienso.
- ¿Me das un beso? – mi sonrisa fue inmediata. Me acerqué más a él, y cuando estaba a pocos centímetros de sus labios me detuve.
- Una vez más y te doy tu beso, ¿vale?

Me separé impulsándome con las manos hasta llegar al centro de la pista. Le miré sonriendo y asentí para que le diera al play de nuevo. Él frunció el ceño antes de pulsar el botón, la música comenzó a llenar todo el espacio. Repetí la poca coreografía que tenía preparada y luego me permití patinar libremente al ritmo de la canción. Adoraba saltar tan alto y clavar la caída, la brisa que se creaba me daba en la cara suavemente, y la sensación de libertad infinita que me producía. Entonces levanté la vista y vi a Harry que me miraba con ojos cargados de devoción mientras apoyaba su barbilla sobre la palama de su mano. Me acordé de una cosa. Fui hacia el de nuevo.

- Coge mi bolsa. – señalé a su lado, donde se situaba mi bolsa de entrenamiento. El obedeció.
- ¿Qué pasa? – preguntó curioso mientras rebuscaba en el interior de la tela cerrada por una simple cremallera.
- Toma. Póntelos. – saqué los viejos patines de mi padre que había guardo esta mañana con la esperanza de que Harry patinara conmigo.
- ¿Qué? No. ¿Estás loca? No sé patinar.
- Oh, venga. Yo Te enseño.
- Kelly, no creo que…
- Patina conmigo, por favor. – miré directamente a sus ojos, suplicándole. Y como era de esperar, cayó en mi súplica.
- Está bien…

Suspiró antes de sentarse y abrocharse, después de varios intentos, los patines. Y volvió a suspirar y a maldecir mientras intentaba acercarse a la entrada de la pista. Contener la risa estaba resultando demasiado difícil, tuve que taparme la boca con la mano.

- Bien, ahora apóyate en el muro y pon un pie en el hielo. – me coloqué delante de él con los brazos abiertos por si se caía. Puso el pie izquierdo en el hielo con la cara llena de dudas. – Genial, venga, ahora el otro pie. – le costó un poco pero consiguió tener los dos pies sobre el hielo. – Solo falta que sueltes las manos y todo perfecto.
- ¿Y si me caigo? – levantó la cabeza hacia mí, con todos los rizos cayéndole sobre la frente.
- Yo te cogeré. – me miró no muy seguro. – Vamos, estrella del pop. Sé que puedes hacerlo. – frunció el ceño enfadado hacia mí y por fin soltó las manos. Casi se cae de bruces contra el suelo, pero estaba ahí para que pudiera agarrarse a mis brazos. - ¿Estás bien?
- Cr-creo que sí.
- Dame las  manos. – le costó soltarse, pero por fin cogió mis manos. - ¡Mira, te estás manteniendo de pie! – miró hasta el suelo, a sus pies y luego a mí, con una sonrisa de niño pequeño marcada por esos preciosos hoyuelos.
- Quiero deslizarme.
- A eso vamos, tranquilo. – me reí. – Voy a alejarme un poco, pero no te soltaré las manos, ¿vale? – asintió, y me alejé de su cuerpo. Sin que le dijera nada empezó a anteponer un pie a otro, deslizándose hasta mi posición.
- ¡Es genial! Suéltame una mano.
-  ¿Seguro?
- Si. – hice lo que me pidió, y pude ponerme a su lado para impulsar su deslizamiento.
- ¿Qué tal vas? – no lo hacía nada mal para ser la primera vez que patinaba, aunque sus piernas parecieran las de un pequeño pato.
- Bien, bien. Pero no me sueltes la mano eh, que ya me estoy viendo estampado contra el suelo, prefiero no abusar de mi suerte.
- Jamás te soltaría.

De repente estaba pegada contra el muro agarrada por la cintura. Todo había sido tan rápido que ni siquiera lo había visto venir. En el mismo instante que levanté la cabeza, con la boca abierta preparada para decir algo, Harry se apoderó salvajemente de mis labios. Me dejé llevar y coloqué mis brazos tras su cuello, agarrando los rizos de su nuca, enredándolos en mis dedos. Sus manos pasaron de deslizarse por mi espalda y cintura a ir más y más abajo, hasta llegar a mi culo. Me sobresalté, llevaba puesto unos leggins demasiado finos de color negro, perfectos para entrenar, y por los que podía sentir las caricias casi como si no tuviera nada puesto. Me dio una palmada y tuve que abrir los ojos incrédula. Rompió el beso para hablarme.

- Eso por no haber querido darme antes mi beso. Uhm.

Sin pensármelo dos veces, me escapé de él y en un abrir y cerrar de ojos estaba fuera de la pista de hielo. Me senté en las gradas y me saqué los patines.

- ¡Eh, no me dejes aquí!

Colgué mi bolso sobre el hombro y me levanté. Caminé hasta la puerta y luego me giré.

- Ahora sales de ahí tú solito, por listillo. Me voy a cambiar, no tardes. – salí riéndome.







Harry me había dejado en casa hace una hora, hora en la que me había dedicado a ver viejos capítulos de House con un bol de palomitas a mi lado en la cama.

Me dijo que vendría a verme más tarde, así que decidí aprovechar ahora para darme una ducha ya que no sabía cuando iba a ser ese ‘más tarde’. Cogí el móvil y escogí la lista de reproducción más movida para que fuera la banda sonora de mi baño. Abrí la villa y me desnudé mientras el agua se iba calentando y llenando de vapor el baño. Me metí dentro de la ducha, agradeciendo el agua caliente.

Al salir me puse un pantalón largo de pijama y una camiseta vieja de manga corta. Como no tenía nada que hacer, y me aburría demasiado decidí entrar en mi vieja cuenta de Twitter, hacía siglos que no entraba.

Me sorprendí muchísimo al ver mi número de seguidores, la última vez que había entrado tenía alrededor de doscientos y ahora pasaba de los seiscientos mil. Fui directa a mis interacciones y descubrí las millones de menciones que tenía. Empecé a bajar la página a medida que leía. La mayoría eran tweets que iban con buena intención, pero el resto no lo eran. ¿Me odiaban tanto las fans de los chicos? ¿Solo por salir con Harry?

Quise contestar a alguno de los tweets, pero no lo hice. Empecé a preguntarme como habrían descubierto cual era mi Twitter, pero supongo que no sería demasiado complicado, si había mil fotos e información sobre mi rondando por ahí, ¿por qué no iban a conocer mi Twitter?

El timbre sonó. Bajé la tapa del ordenador, cerrándolo de golpe para luego bajar casi saltando las escaleras. Sabía quién era antes de abrir la puerta, salté a sus brazos una vez que la abrí. El reconfortante olor natural de Harry mezclado con la colonia que siempre usaba me invadió junto al radiante calor de su cuerpo.

- ¡Vaya bienvenida! – dijo una vez que le solté y le dejé entrar. - ¿Qué estabas haciendo?
- Nada, viciar un poco con el ordenador. – levanté los hombros, queriendo mostrar indiferencia.
- Genial, si no estabas haciendo nada, ahora lo harás. – junté las cejas extrañada.
- ¿A qué te refieres? 
- Sube a vestirte, porque nos vamos al concierto de Ed Sheeran.
- ¡¿Qué?! – chillé. Tenía que haber escuchado mal, si, debía de haber sido eso.
- Tú. Yo. Ed. Eso digo. – me sonrió mientras estiraba la chaqueta vaquera que llevaba para que viera su camiseta, una camiseta de color negro con un ‘+’ de color naranja y en una esquina de ese ‘+’ se podía leer Ed Sheeran en color blanco.
- Harry, ¿en serio? - Se limitó a asentir y no tardé en reaccionar, pegando un gritito y saltando a sus brazos. - ¡Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero!  
- Está bien, está bien. Yo también te quiero, mucho además. Pero tienes que cambiarte ahora si no quieres que lleguemos tarde.
- ¡Oh, claro, claro! – estaba a punto de subir las escaleras, pero me giré de nuevo hacia él. – Espera, mi madre aun no llegó y ella no sabe que…
- Tu madre lo sabe, y tienes permiso. Hablé con ella cuando te dejé en casa. – volví a abrazarlo.
- Te quiero. – dejé un beso corto en sus labios y volví a ir hacia las escaleras.

Subí corriendo a mi habitación, me saqué el pijama tan rápido como pude y me metí en mis vaqueros negros, até mis Converse blancas y solo me quedaba la camiseta…¿qué podía ponerme?

- ¿Kelly? – me di la vuelta y noté como la mirada de Harry bajaba hacia mi pecho. – No es que no me guste verte en sujetador, es más, me encanta pero es demasiada distracción y…- se mordió el labio sin apartar la vista.
- ¡Date la vuelta! – cogí la camiseta que tenía antes puesta y me la volví a poner.
- ¿Ya?
- Ya. No sé que ponerme.
- No te preocupes por eso, yo te traje algo. – hasta ahora no me había dado cuenta de la bolsa que llevaba en su mano.

Puso la bolsa sobre mi cama y sacó de ella una sudadera gris con el logo de Ed y con su nombre escrito debajo (http://www.polyvore.com/im_falling_for_your_eyes/set?id=81706440).

- ¿Es para mí?- abrí los ojos, era preciosa.
- Así es, ¿te gusta?
- Es perfecta, Harry.

Me la dio y no dudé ni un segundo en ponérmela. Fui hacia al baño, peiné mi melena colocándola sobre mis hombros, me hice la raya en los ojos con un lápiz negro y…estaba lista.

- Estoy lista.
- Entonces nos vamos ya.




Ya llevábamos un buen rato en el coche. Yo sentía unos nervios pre-concierto abrumadores. Aun no podía siquiera creerme que iba a ver a mi cantante favorito, a mi ídolo en directo. Había intentando ir a un concierto suyo a finales del año pasado, pero no pude ahorrar lo suficiente y me puse muy triste, tanto que solo con escuchar los primeros acordes de alguna de sus canciones me ponía a llorar desesperadamente.

- Llegamos. – anunció Harry. Sentí como el corazón se me subía a la garganta. – Ponte esto. – me dio un gorro de lana de color azul y luego él se puso uno de color verde oscuro. – Es para pasar más desapercibidos, vamos a entrar por la parte de atrás, pero puede que haya alguna fan.

Me coloqué el gorro y después Harry me lo puso como él quería que me quedara, sacando algunos de los mechones de delante. Me sonrió como si lo hiciera a una obra de arte acabada de hacer para luego coger mi mano y sacarme del vehículo.

Como él había previsto, tuvimos que sortear alguna que otra fan, pero por suerte nadie nos paró. Entramos en el local donde se iba a dar el concierto por la puerta de atrás. Gente se movía de un lado a otro sin parar siquiera un momento, era demasiado estresante.  Harry me hizo avanzar por un pasillo, intentaba pegarme todo lo que podía a su cuerpo, ya que me sentía un estorbo para toda esa gente ajetreada.

- ¡Hazza!
- ¡Ed, bro!

Harry me soltó la mano para abrazar a…abrazar a mi ídolo. No me lo podía creer, tenía a Ed delante de mí. El hombre que me había ayudado tanto con todas su canciones estaba abrazando ahora mismo a mi novio. No había palabras para expresar las grandes e intensas emociones que estaban llenando todo mi cuerpo en esos instantes.

- Ed, mira, esta es Kelly, mi novia. Como te dije, es una gran, gran fan tuya.
- ¿Es eso cierto?

Y me sonrió. Entonces, sin yo quererlo, las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas en una carrera. Me llevé una mano a la boca, intentando controlarme, pero era imposible. Me encontré en el calor de unos brazos que no eran los de Harry, eran los brazos de ese pelirrojo que tan feliz me hacía.

- Eh, no llores. – acarició mi espalda intentando darme consuelo. Pasé los brazos a su alrededor y recibí el abrazo como es debido. Lo estaba abrazando, era mejor de lo que jamás podría haber llego a imaginar. - ¿Puedo hacerte sentir mejor de alguna manera? – negué separándome un poco de él.
- Gracias por tu música. – fue lo único que logré decir.
- Gracias por escucharme. – volvió a regalarme una sonrisa.
- ¡Ed, cinco minutos! – gritó un chico desde alguna parte.
- Creo que es maravilloso abrazarte, me pasaría la vida haciéndolo, pero además de que me parece que Hazza no me lo permitiría, me espera un montón de gente ahí afuera.
- Lo siento. – me separé de él, limpiando las lágrimas restantes con la manga de la sudadera.
- No lo sientas. Bueno, espero que os guste el concierto. Nos vemos luego.

Vi como iba a buscar su guitarra y se aseguraba de que estuviera afinada. Unas cuatro personas lo rodearon y antes de salir por fin a escena, levantó su pulgar hacia nosotros. Miles de gritos se escucharon después. Give me love comenzó a sonar.

- ¿Estás bien? – Harry tomó mi mano y la apretó levemente para que le mirara a los ojos.
- Mejor que nunca. Gracias por esto, Harry. Acabas de cumplir uno de mis sueños.
- No me importaría cumplir todos y cada uno de ellos.
- Te quiero.
- Yo también te quiero.

Mirábamos el concierto desde bastidores, tan cerca que parecía irreal. Harry me abrazaba por la cintura desde atrás, con la barbilla pegada a mi hombro. Su respiración chocaba contra mi mejilla y me producía una sensación muy agradable.

- Quisiera dedicar la siguiente canción a dos personas que me acompañan hoy. A un gran amigo y a una gran fan.

Eso fue lo que Ed dijo antes de comenzar a cantar This. A mi cabeza saltaron los recuerdos de Harry cantándome esa misma canción en mi habitación, recuerdos que se convirtieron casi en presente cuando la voz grave de Harry se encontraba cantando This contra mi oído y poniéndome los pelos de punta. Aprovechaba cualquiera pausa en la canción para besar mi cuello, haciendo que todo a nuestro alrededor se desvaneciera, manteniéndome sobre una nube. Estaba a años luz de aquel lugar, de aquel concierto.

- You are the start of something new.










¡Estoy de vuelta! Ya era hora, ¿verdad? 

Creo que este capítulo es larguito, así que es mi modo de compensaros. 

En el último capítulo os anuncuié que iba a empezar a subir una nueva novela, pues ya hay cuatro capítulos. Os dejo el enlace para que os paséis, y que me deis vuestra opinión:  http://goldin-shadow.blogspot.com.es/

Siento haber tardado tanto en subir, de verdad. Ahora se aproximan los exámenes finales, así que no os aseguro que vuelva a subir pronto, espero que lo comprendáis. 

No me extiendo más. De verdad que muchas gracias por leer y comentar, por estar siempre ahí. Via blog, Twitter e incluso ask preguntándome cuando iba a seguir la novela. Sois un gran apoyo, en serio. 

Recordar votar la entrada para saber cuanta gente lee la novela.

Os quiero muchísimo.